domingo, 19 de marzo de 2017

Neurociencias. ¿Son más sociables las mujeres?

La idea de que las mujeres son más sociables que los hombres tiene una larga historia y está bastante extendida. A las mujeres se las considera expertas en las relaciones: muestran sus sentimientos y entienden los de los demás mejor que los hombres. Teorías como la de Baron-Cohen sobre el autismo como una forma extrema de cerebro masculino inciden también en que las mujeres son más empáticas e interesadas en las personas y los hombres más sistematizadores e interesados en las cosas. Esta idea se articuló muy bien en una revisión importante de Susan Cross y Laura Madsen en 1997. Sin embargo, Roy Baumeister tiene otra visión de este asunto que es la que voy a exponer en esta entrada. 

Roy Baumeister y Mark Leary son los autores de un artículo mítico publicado en 1995 sobre la necesidad de pertenencia del ser humano. Tanto los hombres como las mujeres necesitan de otra gente, no somos animales solitarios, somos animales sociales. La mayoría de los aumentos en sentimiento de pertenencia nos originan sentimientos positivos y la disminución de pertenencia sentimientos negativos. Toda nuestra psicología está diseñada para conectar con los demás. Así que parece haber una contradicción entre el artículo de Cross y Madsen y el de Baumeister y Leary porque la necesidad de pertenencia no está limitada a las mujeres, también la tienen los hombres.

La posición de Baumeister es que se puede decir que las mujeres son más sociales que los hombres si definimos “social” en términos de relaciones uno a uno (diádicas), de relaciones íntimas. Pero si nos fijamos en grupos grandes entonces los hombres son más sociales que las mujeres. Según Baumeister hay que distinguir dos esferas de interacción social  y dos maneras diferentes de ser social. Las mujeres destacarían en la esfera de las relaciones personales cercanas y los hombres en una esfera más amplia en la que hay relaciones con más gente. 

Por ejemplo, hay estudios de laboratorio y datos empíricos que sugieren que a la hora de ayudar a extraños los hombres ayudan más que las mujeres pero desde luego es evidente que a la hora de cuidar a enfermos, familiares y sacrificar la propia carrera por cuidar a otra persona las mujeres lo hacen mucho más que los hombres. Hay también estudios en patios de colegio donde se ve que las niñas se emparejan y se mantienen juntas mucho tiempo mientras los chicos interaccionan más con diferentes compañeros o juegan en grupos más grandes. También se ha observado que una pareja de amigas rechaza más a una tercera chica en sus juegos de lo que los chicos rechazan a un tercer chico. La explicación sería que las chicas desean más las relaciones uno a uno y una tercera persona les estropea la relación  mientras que como los chicos estarían más orientados hacia grupos más grandes un tercer chico no les estropea el juego.

Según Baumeister habría, por tanto, dos formas diferentes de ser social que se corresponden con dos tipos diferentes de relaciones y los sexos difieren en el tipo de relación en el que se especializan. Y esto sería interesante para entender cómo difieren hombres y mujeres porque se producirían unos “compromisos” entre “ser bueno” en las relaciones íntimas frente a “ser bueno” en las relaciones de grupos más grandes. ¿Por qué? Porque las mismas características que hacen a alguien bueno en las relaciones íntimas le pueden resultar perjudiciales en las relaciones de grupos más amplios. Por ejemplo, compartir los sentimientos. Las mujeres muestran sus sentimientos más que los hombres, los hombres son más reservados o incluso niegan lo que sienten. Ser altamente expresivo es bueno para las relaciones íntimas. Dos personas que comparten sus sentimientos se entienden mejor, se pueden querer mejor y dar al otro lo que necesita y detectan antes los problemas y lo que le alegra o pone triste a la otra persona. Pero en grupos más grandes mostrar tus sentimientos te puede hacer vulnerable a los rivales, por ejemplo en transacciones comerciales mostrar tus sentimientos debilita tu posición a la hora de negociar. Si le muestras al vendedor de un coche que te encanta y que te lo tienes que comprar sí o sí, está claro que se puede aprovechar y te va a salir más caro. Lo mismo pasa a la hora de llorar o de mostrar miedo u otras emociones.

Este esquema nos ayudaría a entender otras diferencias entre hombres y mujeres como las que se dan en la dicotomía igualdad/equidad. Igualdad significa tratar a todo el mundo igual (obviamente) y equidad recompensar a cada persona en proporción a lo que ha contribuido. Imagina que ves un anuncio que ofrece 400€ por pintar un garaje y quedas con tres personas para pintarlo y repartiros el dinero. Quedáis en empezar un domingo a las 9 de la mañana y trabajar hasta acabarlo. Así que tú llegas a las 8:45 preparas todo pero dos de los otros llegan a las 9:30 y el tercero a las 11:30. Este último pinta un poco pero se va a hablar por el móvil y a tomara café y desaparece durante una hora. A las 5 de la tarde dos se van y te quedas con otro hasta acabar la faena…¿Habría que dividido el dinero igualitariamente y dar 100€ a cada uno?

En este tipo de problemas el resultado que se encuentra en los estudios es que hombres y mujeres reaccionan de forma diferente. Las mujeres tienden a dividir el dinero igualitariamente (lo mismo para todos) y los hombres equitativamente (dar más dinero al que ha trabajado más duro). ¿Qué es mejor? Las relaciones íntimas suelen funcionar mejor con la igualdad. Es difícil registrar lo que hace cada uno y comparar cosas como limpiar el jardín con preparar la comida…Pero en grupos más grandes funciona mejora la equidad. Si en ejemplo anterior todo el mundo se llevara 100€ está claro que no quedarías más con esa cuadrilla para hacer ningún trabajo.

Otra distinción que se encuentra en estudios es la de agencia/comunión. Comunión está claro eu es la unión con los demás, preocuparse de los demás, etc. y agencia se refiere a alguien que actúa, con iniciativa, autónomo, que se encarga de que se hagan las cosas. Lo que se suele encontrar de forma bastante consistente es que las mujeres son más comunales y los hombres más “agénticos”. De nuevo, estas características  parece que se adaptan bien a las diferentes esferas de las que venimos hablando. En las relaciones íntimas es seguro asumir que los demás se preocupan de ti y tiene sentido compartir y demás. Pero en grandes grupos no puedes asumir que importas a los demás y que te van a cuidar. Nadie es imprescindible en un grupo, los equipos de fútbol, empresas, ejércitos y demás siguen adelante  falte quien falte. Por ello es importante ser agéntico y preocuparte de tus propios intereses.

En esta misma línea se han detectado diferencias entre los sexos en el auto-concepto. Los hombres suelen enfatizar los rasgos que les hacen diferentes y se presentan a sí mismos como unidades diferentes y separadas del grupo. Esto ha hecho pensar que los hombres son menos sociales. Pero no es necesariamente así. En los grupos de hombres se da una división del trabajo, cada uno juega un rol diferente y para integrarse el hombre tiene que destacar sus diferencias. Pero el hombre enfatiza sus diferencias precisamente para integrarse. Imaginemos una banda de música. No tiene sentido que todos toquen el mismo instrumento, eso nos una orquesta. Si un hombre quiere ser admitido tiene que tocar un instrumento que no toque nadie más. Así que ser diferente de los demás no es igual a separarse de los demás. Para los hombres ser diferentes sería una manera de pertenecer, de cementar su lugar en el grupo.

Se suele encontrar también que las mujeres son valoradas como más agradables que los hombres, tanto por los hombres como por las mujeres. Esto que estamos hablando podría ser una explicación. Si eres el único que toca el bajo o el trombón en la banda es muy probable que cuenten contigo aunque no seas nada agradable. Puestos a elegir entre alguien agradable pero que no tenga ni idea de música y alguien que sepa tocar aunque sea un desagradable, normalmente se escogerá al mejor músico. Resumiendo, para el tipo de relaciones que forjan los hombres es más importante ser competente que ser agradable. Es especialmente importante ser capaz en algo relativamente raro y valioso. Y esto requiere agencia.

En definitiva, hay que tener cuidado con clasificaciones muy rígidas pero tal vez este enfoque de Baumeister puede ayudar a entender que muchas de las diferencias entre hombres y mujeres en personalidad o  de otro tipo pueden ser resultado de determinados compromisos: diferentes tipos de relaciones requieren diferentes tipos de características. Hay más de una manera de ser social.

@pitiklinov

Referencias:

Cross SE y Madson L.(1997) Models of the self: self- construals and gender. Psychological Bulletin 122, 5-37

Baumeister & Leary (1995) The need to belong: desire for interpersonal attachment as a fundamental human motivation. Psychological Bulletin 117, 497-529

Baumeister R y Sommer KL (1997) What do men want? Gender differences and two spheres of belongingness: commit on Cross and Manson(1997) Psychological Bulletin 122, 38-44

Roy Baumeister Is there anything good about men? How cultures flourish by exploiting men. Oxford University Presss 2010










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