domingo, 1 de mayo de 2016

Neurociencias. Importancia de la Evolución en Psiquiatría y Psicología


La Psicología se basará en una nueva cimentación, la de la necesaria adquisición de cada facultad y capacidad mental gradualmente. Se arrojará luz sobre el origen del hombre y su historia.
- Charles Darwin

La mente humana es un rodeo que dan los genes para copiarse a sí mismos (tweet de Steve Stewart-Williams inspirado en Richard Dawkins).

Aquel que entienda al mandril hará más por la metafísica que Locke
-Charles Darwin

Nada tiene sentido en biología si no es a la luz de la evolución
-Theodosius Dobzhansky


Los que seguís el blog o mi cuenta de Twitter ya sabéis que considero a la teoría de la evolución como una base imprescindible para cualquier persona que quiera entender la mente humana y una disciplina que debería enseñarse en la carrera de Psicología y en la de Psiquiatria, así como en Medicina. Parafraseando a Dobzhansky podríamos decir que nada tiene sentido en Psicología si no es a la luz de la evolución. La Psicología es el estudio de la mente y la conducta humana  y tanto la mente humana como la conducta humana las produce el cerebro. La mente humana no es otra cosa que el cerebro en acción, lo que el cerebro hace. La Psicología, por tanto, es una parte de la biología. Mucha gente interesada me pregunta por donde pueden empezar a leer o formarse en Psicología Evolucionista y por eso he decidido crear esta página donde espero ir recopilando libros y demás recursos relacionados con la Psicología Evolucionista. Agradecería a los lectores que conozcan recursos de cualquier tipo que los vayan añadiendo en los comentarios y poco a poco los incorporaré a la página.

¿Qué es la Psicología Evolucionista? Simplemente reconocer que la selección natural no se detiene en el cuello, es decir, que no sólo nuestro cuerpo, sino también nuestra mente es producto de la selección natural. Hay dos Psicologías Evolucionistas, por así decirlo: una Psicología Evolucionista en sentido amplio y una Psicología Evolucionista en sentido más concreto o limitado.  Personalmente me considero evolucionista en un sentido amplio. La Psicología Evolucionista en sentido amplio comienza con Darwin, con la frase que recojo como cabecera de esta entrada que se encuentra al final del Origen de las Especies. Darwin empieza a plasmar su faceta de psicólogo evolucionista de forma más notoria en su libro “La Expresión de las Emociones” de 1872 y no es ninguna exageración decir que es el psicólogo más grande que ha existido. En esta Psicología Evolucionista en sentido amplio tendríamos que incluir a los principales biólogos evolucionistas empezando por W.D. Hamilton, el evolucionista más importante probablemente después de Darwin, que trabajó en muchos campos pero principalmente en el del altruismo, terreno en el que nos dejó su teoría de la inclusive fitness. Otro teórico evolucionista es Robert Trivers con importantes trabajos para entender la sexualidad animal y humana (Teoría de la Inversión Parental), el altruismo (Teoría del Altruismo recíproco) o los conflictos intra-familiares (Teoría del conflicto padres-hijos).

La Psicología Evolucionista en sentido más concreto (y como la entiende o a lo que se refiere la mayoría de la gente) la fundan Leda Cosmides y John Tooby con su libro The Adapted Mind: Evolutionary Psychology and the generation of culture, de 1992. Allí establecen un corpus doctrinal con conceptos como los módulos, (el cerebro estaría compuesto por una serie de procesos mentales más o menos encapsulados), el Ambiente Evolutivo Ancestral (concepto tomado prestado de John Bowlby) que sería el ambiente en el que han vivido los seres humanos durante la mayor parte de su historia evolutiva y que ha proporcionado las presiones evolutivas que han condicionado la evolución de nuestro cerebro. Es famosa su afirmación de que tenemos un cerebro de la edad de piedra que sigue respondiendo a esas presiones ancestrales y no al mundo actual. Por ejemplo, seguimos teniendo miedo a las serpientes cuando ya no existen en nuestras ciudades modernas, y hoy en día matan mas gente los enchufes o los coches.

Esta Psicología Evolucionista de Comides y Tooby (escuela a la que pertenecen autores como David Buss, Steven Pinker, Robert Kurzban, etc) ha sido muy criticada por diversas razones: porque hablan mucho de sexo y dicen que los intereses reproductivos de hombres y mujeres no coinciden; porque el Ambiente Evolutivo Ancestral no era único y homogéneo, sino muy variado; porque la mente no funciona con dominios o módulos estanco; porque las hipótesis de los psicólogos evolucionistas no se pueden comprobar y son sólo “just-so” historias (historias inventadas a posteriori), etc. No voy a entrar en esas críticas ahora, muchas de ellas muy razonadas y razonables. Pero ninguna de estas críticas  toca lo esencial de la visión evolucionista de la mente humana en lo más mínimo. Cosmides y Tooby en los años 80 y 90 estaban muy influido por la psicología cognitiva que concebía al cerebro humano como un ordenador y es posible que haya que modificar y adaptar muchas de su ideas. Pero muchas otras de sus ideas siguen siendo absolutamente válidas y, desde luego, a día de hoy (en ciencia no se puede decir nunca jamás) el edificio puesto en pie por la biología evolucionista, por Darwin, Hamilton, Trivers y demás, sigue siendo muy sólido. No hay alternativa a la teoría de la evolución para entender la mente y la naturaleza humana.

Volviendo a la importancia de la evolución para los psicólogos y psiquiatras que estéis leyendo esto voy a poneros sólo algunos ejemplos porque nos alargaríamos mucho. Una teoría básica de la psicología humana es la Teoría del Apego, o del vínculo, de John Bowlby. Los humanos somos mamíferos y si hay algo que define a los mamíferos es el vinculo madre-hijo, el amor materno-filial. Es conocido el importante papel para el desarrollo posterior del individuo que juega el apego materno filial, como lo demuestra los crueles experimentos de Harry Harlow. Conocemos también el papel que juegan los opiáceos en este vinculo y la relación de este vínculo con las adicciones de todo tipo tanto con sustancia como sin sustancia. También sabemos que las bases neurobiológicas del amor materno-filial son las mismas prácticamente que las del amor romántico y  que toda la base biológica de nuestro cerebro social (del amor romántico, del altruismo , de la cooperación , de la amistad, etc) se origina en este proceso de apego madre-hijo. Es decir, el amor romántico o de pareja, la amistad, etc., se basan en tunear el sistema original de amor materno-filial.

Es importante entender lo que dice Darwin de la adquisición gradual de las facultades mentales. Todos estos procesos de los que estoy hablando son anteriores a la existencia de H. sapiens y son mecanismos presentes en todos los mamíferos. Por eso es fundamental el estudio comparativo entre especies, estudiar los fenómenos psicológicos en otros animales, salirnos del ser humano para entendernos mejor a nosotros mismos. Por ejemplo, no concibo que ningún psicólogo o psiquiatra que quiera hacer terapia de grupos no se haya leído todos los libros de Frans de Waal. Como decía Darwin, si entendemos al mandril vamos a entender en gran medida al ser humano. Si uno lee a de Waal se da cuenta de que el funcionamiento de una colonia de chimpancés es básicamente igual que el de un ayuntamiento o una empresa, la psicología primate es la misma. Cuestiones como la jerarquía, el estatus, la cooperación, el sexo, los enfrentamientos, la reconciliación, etc, están todas ahí. 

Hablando de esto y en relación al post anterior sobre “violencia machista”, si en animales como los chimpancés o las palomas vemos que los machos tienen conductas de control y violentas para garantizar la paternidad de los hijos que concibe la hembra y para pasar sus genes a la posteridad, es muy cuestionable que en humanos estas conductas se deban a un supuesto patriarcado de aparición reciente. ¿Qué pasó con esos pequeños programas llamados genes que forman parte de nuestra biología? ¿dejaron de actuar cuando se constituyó ese supuesto patriarcado o, en general, cuando empezamos a tener cultura? Por supuesto que la cultura modela y confiere a la conducta humana matices diferentes a los de los animales. Pero no es creíble pensar que los animales hacen las cosas por unas razones y nosotros por otras, cuando tenemos las mismas estructuras cerebrales. El vinculo materno-filial tiene la misma base a nivel de oxitocina, opioides, etc., en otros mamíferos y en humanos. Tampoco tiene lógica evolucionista pensar que los hombres se hayan unido en un patriarcado contra las mujeres. Lo que los estudios sobre la selección sexual nos indican es que existe una competición intra-sexual, es decir, los machos compiten con otros machos por las hembras. Acaba de salir un estudio donde se encuentra que la mitad de los hombres europeos desciende de un jefe de la edad de Bronce. Este hombre dominante, probablemente un rey,  no se preocupó de compartir su acceso a las hembras con otros hombres. No parece haber habido mucho compañerismo por su parte y es muy probable que hombres sometidos bajo su mando murieran en guerras o en malas condiciones de vida mientras él recogía los beneficios reproductivos gracias a su poder. Personalmente tampoco veo ningún patriarcado cuando por ejemplo sólo en la Primera Guerra Mundial murieron 8,5 millones de soldados, 6046 cada día, y ya sabemos que en las guerras empiezan combatiendo hombres y acaban combatiendo niños.

Otro ejemplo donde la evolución importa son las emociones. Casi todos los trastornos mentales son trastornos emocionales, y las emociones están ya presentes en animales inferiores. Las emociones, en la psicología tradicional, han sido consideradas como unos estados disruptivos que alteran el organismo y que debían ser dominadas y controladas por el pensamiento racional. Los evolucionistas, por el contrario, plantean que las emociones cumplen unas funciones que permiten al individuo responder de modo efectivo tanto a los desafíos como a las oportunidades que le plantea el entorno. La ira es un conjunto de respuestas coordinadas que ayuda a restaurar una relaciones justas. La vergüenza, además de conllevar rubor y un deseo de esconderse, es una forma de apaciguamiento de una persona superior en estatus. Las emociones muestran todos los ingredientes de lo que en términos evolucionistas se denomina una adaptación, es decir, un conjunto de respuestas eficaces y coordinadas que ayudan al organismo a reproducirse, proteger su prole, mantener alianzas y evitar amenazas físicas. Podemos decir entonces que las emociones son el software o los programas de la mente. De la misma manera que diferentes programas permiten que un ordenador realice diferentes tareas como escribir, calcular o dibujar, las diversas emociones ajustan el cuerpo y la mente para enfrentarse a las correspondientes situaciones. La mayoría de los trastornos mentales son trastornos emocionales y el enfoque evolucionista de las emociones ha permitido el inicio del estudio científico de las emociones, camino en el que nos queda todavía mucho por recorrer. Para una introducción a la evolución de las emociones ver esa entrada.

La evolución trata de las causas últimas, no sólo de las causas próximas de los fenómenos. Dentro de las cuatro preguntas de Tinbergen nos responde a las dos preguntas sobre el origen adaptativo de un fenómeno (en este caso las conductas humanas) y acerca de cuál es la historia evolutiva de esas conductas en especies relacionadas. Sin un enfoque evolucionista nunca podremos entender por completo la mente humana. Si queremos entender por qué existe el enamoramiento, la paranoia, los celos o el cotilleo tenemos que recurrir a la evolución. La evolución debe ser necesariamente el marco conceptual en el que encajen el resto de hipótesis y teorías.

@pitiklinov











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